Había una vez un
niño llamado Tomás que vivía con su mamá Angélica, su papá Antonio y sus tíos Juan y Manuel. Un
día de mucho calor Juan y Manuel le dijeron a Angélica y Antonio por qué no se
iban de vacaciones que ellos cuidarían a Tomás. Los padres entonces se fueron
pocos días y Tomi se quedó con sus tíos,
muy triste porque en realidad quería ir con sus padres pero tenía que ir a la
escuela.
A la noche sus tíos le dijeron que si no se sacaba el pantalón sus
padres no iban a regresar. Tomi no sabía qué hacer pero al final se sacó el
pantalón. En ese instante miró a su alrededor y se puso a llorar. Los tíos le
dijeron que tenía que dormir con ellos sino iba a aparecer el hombre negro.
Tomi al día siguiente se levanto
llorando por lo que le hicieron sus tíos y fue a la escuela, se notaba muy
extraño, no quería hablar con nadie. La Seño lo llamó y él no quiso ir.
Entonces la Seño se acercó y le preguntó que le pasaba. Tomi la miró y le dijo: no me pasa nada, solamente es
que mis padres se fueron y yo no pude ir
porque tengo que venir a la escuela.
¿ Y con quién te quedaste?.-
pregunto la maestra.
.- Me quede con mis tíos,
contestó Tomi.
Cuando sus tíos lo van a buscar la Seño les dijo que necesitaba
hablar con ellos. Llegan a su casa y lo
obligan a sacarse la ropa y sentarse en el sillón. Tomi muy asustado les hizo
caso por temor a que sus padres no vuelvan más. Al otro día llegan sus padres y
Tomi les cuenta todo lo sucedido. Sus
padres le creen y le dicen que no se preocupe que van a hacer algo. El niño
sentía culpa y por otra parte sintió alivio porque pudo decir la verdad y se
pudo descargar. Tomi vivió feliz con sus padres porque a sus tíos los mandaron
presos por abuso sexual infantil y él no tuvo más vergüenza al decir “NO” cuando algo no le gustaba o lo hacía
sentir mal. Fin. Jennifer Díaz . 1ro. “C”
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